sábado, 27 de abril de 2013

Expresionismo

¿Cuándo? 
El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX. 
El siglo XX se inicia en medio de grandes adelantos tecnológicos, entre los cuales el automóvil ocupa un lugar destacado. En América Henry Ford adelantó una verdadera revolución en el sistema de producción industria que puso a prueba con la fabricación de su Modelo T. 
En 1905, la Guerra ruso-japonesa enfrentó al Imperio del Japón con el imperio de los zares de Rusia. El fin de la guerra dio como vencedor a Japón para la sorpresa del mundo occidental. La nación asiática se convirtió de facto en una nueva potencia mundial. 
El Imperio alemán comenzó a forjarse en torno a Prusia de una manera clara desde el reinado de Federico II el Grande y se consolidó de manera definitiva en las últimas décadas del siglo XIX. En los primeros años del siglo XX, la situación de Alemania dentro de Europa había alcanzado una posición demasiado crucial para los intereses de las demás potencias. Gran Bretaña y Francia veían amenazados muchos de sus intereses, lo que las llevó a suscribir la llamada Entente cordiale, ya que el desarrollo industrial y militar de Alemania se presentaba difícil de igualar por el conjunto de las naciones europeas. Además, este ímpetu de Prusia fue lo condujo a la Casa de Austria a perder progresivamente su condición de potencia continental. 

¿Qué? 
El expresionismo fue un movimiento cultural. Su primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el tiempo con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias históricas”. Fue un movimiento heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual. Surgido como reacción al impresionismo, los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista –la “expresión”– frente a la plasmación de la realidad –la “impresión”–. El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad. 

¿Cómo? 
Los expresionistas utilizaban colores fuertes y puros, colocados en la tela para provocar distorsión de sus líneas y de las figuras que forman, pero su disposición en la tela refleja un simbolismo que va más allá de las líneas simples buscando transmitir el ritmo de los sentimientos. Destacan en sus pinturas los colores azul, amarillo y verde para contrastar con la simplicidad del blanco y el negro. Son frecuentes los rostros desfigurados y tristes. O motivos de la naturaleza.
Otorgaron a su pincelada color y concepción espacial, un valor emocional, angustioso, turbio contradictorio con la aparente intrascendencia de lo sensorial. Los colores agresivos o espectrales, las formas grotescas y violentas y el modo de ejecución, áspero e impulsivo, revelan una relación vital entre artista y creación. No importa ni la luz ni la perspectiva, que se altera intencionadamente. Distorsiona las formas y recurre al uso de colores fuertes y puros, con combinaciones al azar, todo esto con la intención de alimentar sus obras de una desmedida fuerza psicológica y expresiva. Protagonizan las obras elementos como máscaras y paisajes. Se deja de lado la representación objetiva de la figura humana dando paso a rostros desfigurados y tristes. 

¿Quién?
Edvard Munch fue un pintor y grabador noruego. Tuvo una infancia muy difícil, ya que su madre y su hermana murieron cuando él era muy joven, y su padre era hombre dominado por obsesiones de tipo religioso. De todo ello surgió una personalidad conflictiva y un tanto desequilibrada, que él mismo consideraba la base de su genio. 
Munch, marcó todo un estilo a finales del siglo XIX y principios del siglo XX gracias a sus impactantes obras que evocaban temas como la angustia, la soledad o la muerte y que influirían profundamente en el expresionismo alemán del siglo XX. 

“El Beso” representa el instante fugaz del beso, que para Munch suponía la división entre la fase de la ilusión y la esperanza que precede a la consumación del amor y la de la tragedia que inevitablemente se deriva de ella.
Su visión no es nada optimista, ni siquiera aunque se trate de un acto tan hermoso como el beso de dos enamorados. Hombre y mujer visten de negro y se hallan en una habitación oscura. A su izquierda, detrás de una cortina, se perciben los colores alegres del mundo exterior y el azul del cielo. La atmósfera de la estancia, por el contrario, es pesada y opresiva, y el abrazo comunica una situación de desesperación.
La superficie pictórica de este óleo sobre lienzo de 99x81cm aparece algo dañado, por lo que el pintor debió utilizar el mango del pincel para dar ese efecto. Por otra parte, el aislamiento del beso también lo consigue nuevamente mediante una gruesa línea de contorno negra para separar la forma de los dos personajes de lo que les rodea, consiguiendo así un efecto de autoexclusión de ambos dos del entorno. 




Fuente:

http://es.wikipedia.org/wiki/Expresionismo 
http://www.arteespana.com/expresionismo.htm 
http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20120604183246AAYPS00

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